Bienvenidos a Phygital

«Phygital» es un nuevo palabro en el mundo del marketing que empieza a sonar en distintos ámbitos. Se trata de una conjunción entre Físico (Physical) y Digital; y hace referencia al conjunto de actividades de marketing digital (y tecnológicas) que pueden tener continuidad en las tiendas físicas para potenciar las ventas.

Como todo acrónimo que se precie, ya ha salido quien se atribuye la paternidad del invento. No obstante, el interés del concepto reside en la multitud de disciplinas que abarca, y en que puede ser entendido como una estrategia para frenar la tendencia del showrooming.

Si le damos vueltas a la idea para darle algún valor, podemos agrupar las actividades «Phygitales» en tres ámbitos: Acciones activas, pasivas o reactivas.

ActivasLas iniciativas activas englobarían la todas las que implican acciones push (aquellas que buscan generar un impacto lanzado por iniciativa de la marca). En este bloque podríamos hablar del envío de cupones o promociones a móviles tras acceder a una Wifi o bien por localización; el uso de aplicaciones (apps) o beacons que envíen notificaciones a los clientes; campañas de fidelización, llamadas a la acción (calls to action)…

Beacons pasivosLas pasivas abarcarían todas las iniciativas que tienen que ver con la localización o con la adecuación de contenidos según el historial del cliente. En este cajón sitúo el uso de beacons que registren el movimiento de la concurrencia; Microsites con ofertas del día; remarketing en display

ReactivasDesde esta perspectiva, las reactivas quedarían vinculadas a las acciones pull (iniciativas que generan un impacto originado bajo demanda del cliente). En este bloque podemos hablar de iniciativas que fomenten el uso del smartphone en la tienda, como el uso de códigos QR para acceder a información extra; el acceso a opiniones sobre productos de terceras personas; la presencia de tabletas como herramienta de refuerzo en punto de venta; servicios de suscripción a futuras ofertas…

 

 

Aquí podéis ver un par de vídeos sobre cómo Macy’s y  Sephora integran alguna de estas disciplinas. Al final, todo es  parte de la multicanalidad: Desde mi punto de vista la cuestión pasa por pensar en el marketing de manera trensversal sin fisuras entre Off y Online, ofreciendo una buena experiencia al consumidor; más que por acuñar nuevas palabras que nos hagan parecer aún más marcianos.

 

 

Retargeting contra el webrooming

La realización de consultas en internet antes de hacer una compra se está convirtiendo en un hábito generalizado. Prueba de ello es que tiene un nombre: Webrooming. Según Researchscape, un 88% de los 6.000 encuestados en su estudio afirman haber acudido al entorno digital para informarse sobre productos antes de comprarlos.

Los usuarios navegan por páginas que comparan precios, foros de opinión y, obviamente, acuden a la página de la marca donde habitualmente se encuentra la información más completa sobre su potencial adquisición (catálogo, fotos, demos…). Tras esa visita a la web de la marca, muy pocas veces se materializa la compra. En la mayoría de los casos (se cree que en más de un 97%) esa visita se «escapa» sin haber comprado. Es en este punto -cuando la visita se ha marchado de nuestra web- donde el retargeting (o remarketing) puede dar juego para mejorar nuestra conversión.

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Tras la visita a nuestra página, el usuario (al que se le ha instalado una cookie) seguirá navegando por otras páginas en las que se emplaza publicidad. Gracias a esa cookie, el retargeting permite generar nuevos impactos de nuestra marca en ese usuario. Estos impactos y más notoriedad pueden motivar una nueva visita hacia nuestro espacio o hacia una de nuestras landings (páginas de entrada) con una propuesta de valor clara, diferenciada y ganadora.

Estos nuevos anuncios pueden hacerse en red display -emplazados en youtube, foros, blogs, …- o a través de buscadores directamente, y permiten convertir a visitantes que ya pasaron por nuestra web en clientes. No obstante, si hemos podido capturar el mail del potencial cliente, también se puede hacer una campaña de remarketing vía e-mail.

El retargeting, junto con una propuesta de valor ajustada para cada caso puede convertirse en el empujón final para convertir una compra. Un buen ejemplo sería ofrecer un descuento a un usuario que previamente vio el precio de nuestro producto antes de abandonar la web.

Para hacer buenas campañas de retargeting es importante analizar el flujo de tráfico que tiene nuestra web (el embudo de compra), entender sus puntos de abandono junto con las posibles motivaciones del consumidor, y tratar de categorizar los mensajes que pueden motivar una compra adaptándolos a cada casuística.

Si nuestro sitio web tiene muchas visitas y poca conversión en ventas, el retargeting (en google, Bing o Yahoo) puede ser una excelente herramienta para mejorar los resultados.