Retargeting contra el webrooming

La realización de consultas en internet antes de hacer una compra se está convirtiendo en un hábito generalizado. Prueba de ello es que tiene un nombre: Webrooming. Según Researchscape, un 88% de los 6.000 encuestados en su estudio afirman haber acudido al entorno digital para informarse sobre productos antes de comprarlos.

Los usuarios navegan por páginas que comparan precios, foros de opinión y, obviamente, acuden a la página de la marca donde habitualmente se encuentra la información más completa sobre su potencial adquisición (catálogo, fotos, demos…). Tras esa visita a la web de la marca, muy pocas veces se materializa la compra. En la mayoría de los casos (se cree que en más de un 97%) esa visita se «escapa» sin haber comprado. Es en este punto -cuando la visita se ha marchado de nuestra web- donde el retargeting (o remarketing) puede dar juego para mejorar nuestra conversión.

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Tras la visita a nuestra página, el usuario (al que se le ha instalado una cookie) seguirá navegando por otras páginas en las que se emplaza publicidad. Gracias a esa cookie, el retargeting permite generar nuevos impactos de nuestra marca en ese usuario. Estos impactos y más notoriedad pueden motivar una nueva visita hacia nuestro espacio o hacia una de nuestras landings (páginas de entrada) con una propuesta de valor clara, diferenciada y ganadora.

Estos nuevos anuncios pueden hacerse en red display -emplazados en youtube, foros, blogs, …- o a través de buscadores directamente, y permiten convertir a visitantes que ya pasaron por nuestra web en clientes. No obstante, si hemos podido capturar el mail del potencial cliente, también se puede hacer una campaña de remarketing vía e-mail.

El retargeting, junto con una propuesta de valor ajustada para cada caso puede convertirse en el empujón final para convertir una compra. Un buen ejemplo sería ofrecer un descuento a un usuario que previamente vio el precio de nuestro producto antes de abandonar la web.

Para hacer buenas campañas de retargeting es importante analizar el flujo de tráfico que tiene nuestra web (el embudo de compra), entender sus puntos de abandono junto con las posibles motivaciones del consumidor, y tratar de categorizar los mensajes que pueden motivar una compra adaptándolos a cada casuística.

Si nuestro sitio web tiene muchas visitas y poca conversión en ventas, el retargeting (en google, Bing o Yahoo) puede ser una excelente herramienta para mejorar los resultados.

 

 

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