Afecciones del big-data

El entorno digital permite desarrollar ejercicios de segmentación muy notorios. Si a los procesos de segmentación habituales se les une velocidad de gestión de los datos, se genera capacidad de hacer un análisis predictivo, que permite crear una experiencia personalizada para el cliente.

Para tener capacidad de hacer análisis predictivo es necesario cruzar muchos datos de distinto origen.

Los foros digitalizados hablan del Big Data. Dicen que es necesario tenrelo en cuenta porque todo va en ese sentido, y que es calve en el análisis de predicciones. Razón no les falta pero, como toda disciplina más o menos reciente, están generando cierto nerviosismo que puede hacer que muchos vean el Big Data como una quimera indomable.

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Cuantos más datos se crucen, más complicado y «big» será hacer predicciones con «data«. Bajo este supuesto, y para perder el miedo a lo que suena muy complicado, hay algunos temas que es necesario acotar para tener éxito en el terreno del análisis predictivo. Entre otros, creo que vale la pena destacar:

Captación y deteccion de datos: Para segmentar y procesar predicciones es necesario captar datos de los usuarios. Las marcas deben poner todo su ingenio en la captación. Marketing de contenidos, acceso a contenidos premium que justifiquen la cesión de datos, políticas de afiliación o membresía, interacciones a través de móvil, wifi en tiendas, … son algunas ideas útiles en la persecución de esta causa. Otra forma de captar dato es analizar las búsquedas de los usuarios: ¡Son una interesante fuente de insights (localización, búsquedas, soporte de interacción…)! Este artículo lo explica muy bien.

Detectar a los usuarios y segmentos más importantes. Este ejercicio de precisión  requiere cruzar varios datos. La convivencia de bases de datos (data sets) de distinto origen plantea complicaciones; ya sea por la forma de alinear lecturas, o por aspectos de alógica organizativa empresarial en los que lo digital suele caer repartido entre distintos departamentos; cada uno muy celoso de lo suyo. Estas dificultades terminan afectando al proceso de segmentación de manera dramática. Deben combatirse desde los objetivos de negocio y la estrategia; asegurando la compatibilidad de los datos e imponiendo una visión de proyecto transversal respectivamente.

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Interpretar datos útiles. Los datos por si mismos carecen de valor. En exceso, pueden  ser un lastre. Es importante emplear datos que respondan a la estrategia del negocio, que permitan hacer inferencias y tomar de decisiones. Cuanto más alineados estén los datos con las lógicas del negocio, más fácil será hacer interpretaciones, y más rápido será su procesamiento para hacer predicciones. Genís Roca sintetiza esta idea en su post El secreto del big data son las big questions.

Dar respuesta / actuar en tiempo real: Entender el lugar en el que se producen las interacciones con los consumidores (contextualizarlos), y entender sus patrones de comportamiento ayudará en la construcción de la tan ansiada experiencia personalizada.

La falta de unos datos útiles, integrados y alineados con la lógica de nuestro negocio, condiciona la capacidad de analizarlos de forma ágil. Afecta a la posibilidad de dar respuesta en tiempo real, y la posibilidad de ofrecer una experiencia personalizada se ve limitada.

El big data, como conjunto de datos y data sets, seguirá siendo «big». En los próximos años crecerá hasta proporciones que no somos capaces de imaginar. El quid de la cuestión está en leer, interpretar y predecir sobre datos que puedan generar retorno a nuestro negocio.

Unos datos que deben resultar obtenibles, gestionables y comprensibles. Para que se cumplan los tres requisitos se deben alinear los objetivos estratégios, con los datos y con las acciones. Si no se hace un esfuerzo por conseguir esta alineación, lanzaremos acciones que nos brindarán zettabytes de datos, cuya gestión seguirá siendo inabordable.

 

Test A/B

Los test A/B son un método de prueba a tener en cuenta en la preparación de campañas digitales. Su objetivo es determinar qué elementos, contenidos y disposiciones maximizan la conversión de la campaña.

Los A/B pueden utilizarse en campañas de e-mailing, páginas de aterrizaje, piezas creativas… pero también pueden ayudarnos a entender el comportamiento de los usuarios en nuestra web.

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La idea de estos test parte de comparar dos versiones con contenidos parecidos con el fin de analizar resultados y tomar decisiones para configurar una versión más perfecta (más adelante se verá que difícilmente será una versión definitiva).

Para ello, es necesario:

  • Tener muy claros los objetivos que se persiguen con el test.
  • Formular alternativas A y B que den respuesta a preguntas concretas.
  • Contar con alternativas A y B que resulten comparables.
  • Utilizar las mismas métricas en A y B que respondan a los objetivos planteados.

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Es importante partir de alternativas no idénticas, pero que resulten parecidas para poder tomar decisiones fundadas (comparar cosas similares). Si se hace una segunda versión de test A/B (o tercera, cuarta… o «), se debe trabajar en un eje de cambio para seguir evolucionando las decisiones de forma lógica.

Comparar una manzana roja con una verde nos sirve para detectar preferencias de color en los usuarios. Una vez determinado el color verde, procedería hacer una segunda versión de test para llegar a una conclusión más sólida, por ejemplo, saber si el usuario prefiere las manzanas verdes con rabo o sin rabo. Si en la segunda versión comparamos una manzana verde con una sandía, no estamos construyendo hacia la mejora, sino que podemos estar regresando al punto de origen (¿manzana vs sandía?). Esto implica incrementar el gasto de la campaña de forma alegre y afectará negativamente al retorno de la acción.

No obstante, el test A/B debe ser entendido no sólo como una herramienta a considerar en la preparación de campañas o páginas, sino también como una vía para la otpimización de las mismas, en un proceso de mejora continua a partir del análisis de los datos obtenidos.

A:B test

Existen muchas herramientas de test A/B, algunas muy sofisticadas. Se puede tener una aproximación a esta disciplina en Google Analytics en la sección «Contenido», apartado «Experimentos» (anteriormente esta funcionalidad se llamaba Google Optimizer).

En cualquier caso, los test A/B acercan la toma de decisiones al empirismo, alejándolas de la suposición pura.

 

 

 

 

 

 

 

Datos y decisiones

Google es capaz de determinar el éxito que puede tener una película en los cines con una precisión del 70%. Un margen de error del 30% quizás es algo aparatoso, pero lo interesante es la capacidad de hacer predicciones a partir de los datos de búsqueda de los usuarios.

Que Google registre el comportamiento de los usuarios es algo que no debería ser motivo de preocupación a estas alturas: Google ya lo sabe casi todo acerca de nosotros gracias a nuestros hábitos de navegación.

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Pero no sólo Google debería ser capaz de hacer predicciones: El comportamiento de  búsquedas, los comentarios emitidos, los likes, etc. generan un campo de datos analizables que permiten la toma de decisiones.

Ya existen multitud de herramientas que permiten hacer escucha activa y rastreo de la red. Aplicando un poco de análisis y, sobretodo, formulando las preguntas apropiadas podemos ser capaces de tomar decisiones.

Observar las tendencias de búsqueda (interés que determinado tema despierta en los usuarios), entender los espacios digitales de conversación y los agentes emisores clave del sector; y analizar los temas de conversación puede proporcionar algunas respuestas más que interesantes.

La pesca de datos que el usuario deja de forma consciente o inconsciente ya es habitual y la interpretación de los mismos es objetivo del Big Data: El cruce de datos aparentemente dispares puede permitirnos formular decisiones e incluso propuestas de valor para clientes (actuales o futuros).

El dato existe. Sólo hay que saber encontrarlo e interpretarlo.